Mi tío volvió a hablar:
—Tienen un periodo de prueba de un mes o menos, en el que cualquiera de las dos partes puede terminar el contrato por cualquier razón.
Después de eso, se hará un contrato donde ambas partes decidirán cada cuánto se renueva.
Tu pago será de 5.000 euros al mes.
Abrí los ojos y miré a mi tío.
«¿Qué? O sea, sé que aquí todo es más caro, pero… ¡es un muy buen salario!»
Mi tío vio mi sorpresa y entendió.
—Aurora, serás la asistente de uno de los gerentes del viñedo De Santis, uno de los viñedos con más reconocimiento del mundo.
Aunque se considera que no es un trabajo pesado —y quiero creer que Dante no es un mal jefe—, se te paga por tu silencio, por ser una persona confiable.
Si llegas a fallar en algún punto del acuerdo, se te pondrá una demanda y tendrás que pagar una multa de más de quinientos mil euros.
Creo que todos notaron cuando se me fue el aire de los pulmones.
—Esa es la razón del sueldo —añadió mi tío, con calma—.
Yo creo, y considero, que este será