—Sabes Dante, creo que a veces hay que ser muy claros para no tener malentendidos, yo trato de ser clara contigo, quisiera que fuera lo mismo de tu parte— pensé que me iba a mirar y decir algo, pero no solo se quedó en silencio, espera este no es el Dante que yo conozco el hombre seguro, volví a respirar.
«Espere que 30 segundos y simplemente no me miro, qué m****a le pasa, subí furiosa, que sepa yo no he hecho nada y ahora siento que soy la culpable de un crimen que estoy por cometer, pues ni m****a no voy a comer con ellos que se vayan solos y disfruten su noche, recogí mis cosas molesta y me senté a espera en la oficina, porque ya no los quiero ver.
Escuche la risa de los tres a no, pues, qué chimba, eso me pasa a mí por creerme inteligente y ponerme a insultar a uno que tiene una tesis en manipular gente.
Dante entró a la oficina y ahora sí me miro, pero ahora soy yo la que no quiere mirarlo.
—Ya llego Luca, vamos a comer los 5 ¿te parece?
«Ay, no como que también va a ir él, ahor