CAPÍTULO 88: LA ÚLTIMA DECISIÓN
Hazel
—Tenemos que llevarlo a mi cabaña —dice Kael con preocupación.
Apenas lo escucho. Mis manos tiemblan mientras acaricio el rostro de Erik, tratando de encontrar algún signo de mejoría. Su piel está fría, demasiado para un lobo. Su respiración es débil, irregular.
—Aún no hemos seguido el rastro de Winter —murmuro, obligándome a pensar con claridad. El tiempo es crucial. Si la dejamos escapar ahora, no sé si volveremos a encontrarla.
—No te preocupes —responde Kael con seguridad—. Puedo encontrarla. Ya lo hice una vez.
Levanto la mirada y lo encuentro observándome con determinación. Sus palabras deberían tranquilizarme, pero nada puede calmarme en este momento. Sin embargo, sé que tiene razón. Si Erik no despierta… No, no puedo permitirme pensar en eso.
Asiento con la cabeza, sin energía para discutir más.
Kael me ayuda a cargarlo y desaparecemos entre los árboles con velocidad sobrenatural. El bosque se convierte en un borrón de sombras y ramas que