CAPÍTULO 75: ELLA ESTÁ EN PELIGRO
Hazel
Mi loba está tan débil que apenas la puedo sentir. Ver a Erik besando a Kara fue demasiado destructivo, el dolor es tan profundo que pensé que moriría. Mis heridas físicas ya han sanado, pero el dolor en mi corazón sigue ahí, abierto y con sal en la herida.
No puedo estar cerca de él si está con ella, aunque sepa en el fondo que su lobo me reclama a mí. Kara jamás renunciaría al lazo, él está atado a ella hasta el día en que muera de verdad.
He corrido por tanto tiempo que no soy consciente de los kilómetros que he avanzado hasta que veo las luces de la ciudad nuevamente en la línea del horizonte.
El sol ya está a punto de salir. Recién entonces me detengo con la respiración agitada y conteniendo el nudo en la garganta que apenas me deja respirar.
Sin embargo, un sonido entre los árboles me pone en alerta.
—¿Quién está ahí? —pregunto con un gruñido de advertencia.
El ruido entre los árboles se intensifica, y mi cuerpo, agotado como está, entra e