CAPÍTULO 156: LA RESPUESTA CORRECTA
Erik
Subo las escaleras de la fábrica como un rayo. Mi corazón martillea en mi pecho con una fuerza casi insoportable. No me detengo ni un segundo, no permito que nada ni nadie se interponga entre Hazel y yo. Las brujas me siguen de cerca, pero sus pasos quedan atrás mientras avanzo con una urgencia primitiva. Algo dentro de mí grita que me apresure, que el tiempo se está agotando.
Empujo la puerta con tanta fuerza que casi la arranco de las bisagras. Mi mirada recorre la habitación en un instante, pero no la veo de inmediato. Rodrigo, Rosie y el doctor Wolf están inclinados sobre su cuerpo, cubriéndola con sus cuerpos como si pudieran protegerla de algo que ya la ha alcanzado.
—¿Cómo está? —gruño, mi voz se siente grave y cargada de una amenaza que no pretendo ocultar.
Los tres se hacen a un lado, y entonces la veo.
El aire abandona mis pulmones.
Hazel yace en la cama, su cuerpo se ve frágil y herido. Hay hilos de sangre en su nariz y boca, su piel