CAPÍTULO 106: DIME QUE ES UNA PESADILLA
Hazel
Erik retrocede involuntariamente, como si una fuerza invisible lo arrancara de mi lado. Un resplandor plateado lo ilumina desde la luna misma, a la vez que otra luz emana desde la marca de la luna en su piel, expandiéndose como un halo etéreo que lo envuelve. Su mirada se encuentra con la mía y en ella veo todo: desesperación, agonía, amor… y resignación.
No. No voy a permitirlo.
El pánico me domina en este momento. Corro hacia él con los brazos extendidos, dispuesta a aferrarme a su cuerpo con todo lo que tengo, pero algo me detiene. No es solo luz. Es una barrera invisible, un muro incorpóreo que me impide tocarlo, como si el universo mismo estuviera decidido a separarnos.
—¡Erik! —grito con toda la fuerza de mi alma—. ¡Erik, no me dejes, por favor! —suplico. Me aferro a la nada, araño el aire en un intento desesperado de alcanzarlo.
Él levanta la mano hacia mí con los dedos extendidos como si también intentara sostenerme, pero nunca lleg