Capítulo 40. La Confirmación.
Dos semanas después, me desperté sintiéndome terriblemente incómoda. Habían pasado catorce días desde que no había visto a Lucas, y también Nora había bajado la guardia conmigo.
Era un silencio tenso, como el ojo de un huracán. Hoy tenía que ir a la clínica para ver a la doctora Helen. Estaba segura de que Lucas estaría allí con Nora.
Acababa de terminar de peinarme cuando, de repente, Elsa llamó a mi puerta.
—Ya el chofer está aquí, Ruby.
—Muchas gracias, Elsa —dije. Tomé mi cartera y bajé.
Mi madre estaba sentada tejiendo en el sillón, el mismo donde me había negado a Lucas. Me miró con una mezcla de desolación y dolor, y me dijo:
—Dios te bendiga, hija. Espero que todo te salga bien y que termines con esta horrible pesadilla.
—Gracias, mamá —dije, acercándome a besarla.
—Ruby... —Me detuvo antes de que pudiera irme.
—¿Sí?
—Si preguntas por John, pregúntale a alguien al menos para saber que está bien.
—Lo haré —prometí.
En el fondo, sabía que a mi madre le sigue interesando el tío L