Capítulo 33. Beso a Escondidas.
Narrador Omnisciente
Minutos más tarde, el Porsche de Lucas se detuvo a cierta distancia del humilde hogar de Ruby. Ella lo había estado esperando afuera, nerviosa, de pie en la acera. Lucas salió del auto.
No le importó si Nora los vigilaba, o si los dos guardias apostados cerca (que parecían estatuas de cemento) lo veían. Lo único que quería era ver a Ruby.
En el fondo, verla era lo único que lo aliviaba al llegar a la mansión últimamente. Y ahora, embarazada, lucía hermosísima, con esa curva que ya no podía disimular.
—¡Lucas! —dijo Ruby, acercándose un paso, pero luego deteniéndose.
—¡Cariño! Me volví loco al no verte... —dijo Lucas espontáneamente, sin pensarlo. Ruby, la mujer que tenía por dentro, dio un saltó de felicidad al escuchar esa palabra, "cariño", dicha con tanta urgencia.
—Nora me vigila —dijo Ruby, señalando discretamente a los guardias—. Podrías meterte en problemas.
—Olvida a Nora por un segundo. Hay cosas más importantes, como que mi tío conoce a tu madre.
—Mi mad