Capítulo 26. El Sacrificio Confesado.
En la tarde, mientras Violet estaba con Nora en una interminable llamada sobre los nuevos menús de la dieta, decidí evaluar mi nueva prisión: el ala oeste. Era la parte más antigua de la mansión, separada por una larga galería de la zona principal donde vivían Lucas y Nora.
Caminé por el pasillo que pronto compartiría con mi madre. Las habitaciones eran lujosas, pero frías, y tenían ventanas que daban a un jardín trasero lleno de árboles gruesos y sombra.
Este jardín no tenía cámaras, o al menos no tan obvias como las de la fuente principal. Tenía que ser mi ruta de escape.
Me acerqué a la ventana de la habitación contigua, la que sería de mi madre. Desde allí, el muro perimetral parecía más bajo, y los arbustos crecían lo suficiente para ofrecer un escondite.
En caso de emergencia, huir por el jardín trasero era la única opción. La carretera principal era demasiado visible y mi plan de "un gemelo por la libertad" se gestaba en silencio.
Mi mente empezó a funcionar como una máquina ca