— Axel… Sigue conmigo ¿Sí? — le golpeó suavemente el rostro — Ayúdame a llevarte a la cama.
— Yoo deberíaa lle-llevarte a la camma — balbuceó, intentaba levantarse, pero el mareo le estaba ganando, sus ojos se sentían pesados y ya no los podía abrir. Lo único que podía sentir es que se aferraba a las caderas de Freya como si no hubiera un mañana.— Vamos, Axel… Levántate… Necesito llevarte a la cama… — exclamaba preocupada Freya, lo veía realmente mal, la tos no quería mermar y la temperatura solo subía. La chica intentó levantarlo, pero a menos de que él le ayudara, no podría hacerlo. Le sería imposible —. ¡Vamos, no puedo sola!— Fre-Freya…— ¡Vamos, cielo! ¡Por favor! — gimió, las