Gail.
-Entiendo. - Dijo Iris con lentitud. - Y eso... ¿Es algo malo? Parece que estás a punto de vomitar.
Apreté los dientes.
Ciertamente me sentía enfermo.
Entonces la sentí abrazarme.
Automáticamente me derrumbé.
-No puedo hacer esto. No puedo hacernos esto. - Dije aferrándome a Iris mientras las lágrimas corrían por mi rostro. - Me siento tan perdido...
Sollocé como un maldito bebé grande por mucho tiempo.
No volví a hablar y ella continuó en silencio solo acariciando mi espalda.
En cuanto me tranquilicé, ella tomó mi mano para llevarme a sentar debajo del árbol más grande del lugar.
-¿Mejor?
-Un poco. - Murmuré mirando a la distancia.
-Bien. Ahora necesito que me digas qué es lo que sucede.- Dijo con suavidad.
-Yo... -Gruñí exasperado. - Ni siquiera sé por dónde empezar.
-¿Qué tal si me dices cómo es que te diste cuenta de que tu duelo por Abi ha terminado?
Volví a apretar los dientes.
-Soy despreciable. - Ella me miró confundida, yo cerré mis ojos. - No