Capítulo 227.
-Quiere tu trasero.
-Nunca dijo eso.
-Sus palabras fueron "aún no tienen nada que me interese". ¿Y si le gustan los traseros de ancianos? Nos buscará en cinco años, estoy segura.
-Para empezar, tener treinta no es ser anciano y para continuar, en el supuesto de que quiera mi trasero, ¿Qué quiere de ti?
Yo tosí, pero claramente salió un "vejestorio" de mis labios.
-Mi bendición para que lo deje agarrar tu trasero, obviamente.
El resto del camino discutimos sobre si era o no terapéutico agarrar su trasero y otras tonterías. Ambos sabíamos que yo necesitaba la distracción porque estar en el territorio del lobo blanco me causaba escalofríos... y no de los agradables.
-¿Has terminado con tus teorías sobre Alderik?
Yo lo pensé un poco antes de encogerme de hombros.
-Creo qu si. Ahora, ¿Me dirás por qué te encuentras absolutamente feliz?
Lo había encontrado sonriendo durante todo el camino y estaba un noventa y cinco por ciento segura de que no era por mis desvarios.