Hubo un silencio repentino. La hembra se encontraba mirando fijamente al Alfa Supremo.
Yo me mordí el labio con fuerza.
-Bien. No hemos intentado con un macho; dale el afrodiasiaco nuevo y luego ayúdalo a animarse. No podemos seguir perdiendo tiempo en mi emparejamiento.
-... ¡¿Yo?! - Preguntó el macho con incredulidad y algo de asco.
-Tú, el primer idiota que encuentres... me importa un bledo siempre y cuando hagas el trabajo. Los del grupo de Calavera no se tardarán en descubrir que hemos capturado al Alfa Supremo y tendremos que movernos de aquí... de nuevo. Estoy harta del lugar de todas formas, pero no me moveré de aquí sin una marca en mi cuello y un cachorro en mi vientre. ¿Cuánto tardará en hacer efecto ésta vez?
-Unos diez minutos. ¿Quieres meterlo a la jaula antes?
-Esa no es una mala idea. La última vez rompió las jodidas cadenas que ese mentiroso contrabandista dijo que eran indestructibles incluso para el Alfa Supremo. - Dijo la hembra con un gruñido molesto. - Otro ma