Capítulo 129.
-No les quitaré esas cuerdas hasta que pueda hablar con su Alfa. - Dijo El Alfa Supremo con un gruñido. - Así que bien podrían guiarme hasta la casa de la manada.
-El Alfa fue con nosotros a Garras. - Gruñó uno de ellos.
-No lo encontrará en la manada. - Gruñó otro.
-Nuestro Alfa no regresaría al territorio con las manos vacías...
Un coro de voces defendiendo el honor y la valentía del Alfa de Jade resonó por el bosque.
Los ignoramos.
Solo queríamos una dirección, no oir las grandes proezas de su Alfa.
Cleo chilló en alerta a nuestra espalda y nos detuvimos abruptamente.
El Alfa cambió su postura a una relajada, pero no ordenó que siguiéramos nuestro camino.
De pronto salidos de entre la vegetación, una orda de cachorros se abalanzó hacia nosotros. Yo volví a saltar sobre los brazos de Gail para evitar que me pasaran por encima en su prisa por llegar hasta los cautivos.
"¡Papá!", "¡Tío!", "regresaron" y "¿Dónde está mamá?" fue todo lo que se escuchó de los peque