No hay vuelta atrás.
POV Leonard
No pude dormir, luego de escuchar a la dama de compañía, mis nervios aumentaron. Será un desastre, un caos completo.
Desde que salí al reino esa mañana siguiente, el castillo entero parecía un enjambre de abejas agitadas. Desde muy temprano, los pasillos resonaban con el arrastre de cofres, el golpeteo de cubiertos de plata contra mesas de banquete y las voces nerviosas de sirvientes que corrían de un lado a otro.
El rumor de la dama elegida ya había sobrepasado todos los muros dentro y fuera del reino y eso había encendido una chispa de ansiedad que se expandía por todos los rincones de Dalmora.
Yo, sin embargo, no podía dejar de sentir un nudo en el estómago.
Me hallaba en la galería alta, mirando hacia el gran salón donde los criados tendían manteles bordados, colocaban flores en jarrones y pulían hasta el cansancio los candelabros queriendo sacar un brillo reluciente.
Todo debía lucir perfecto, impecable, digno de la grandeza de la corte para la llegada de la “dama nob