Paula María ingresó a la habitación del hospital, con los ojos enrojecidos y pálida, miró a Sam con profunda tristeza, se acercó a su pequeño y besó su frente viéndolo dormir.
—Carlos Gabriel no me soporta —comentó bajito—. Me guarda mucho resentimiento —mencionó y tomó asiento en la sala de la habitación, esperando a que Sam fuera para allá.
Samantha parpadeó un par de veces y se aproximó a ella.
—¿Por lo menos te escuchó? ¿Pudiste decirle lo de Angelito? —indagó con el semblante lleno de seriedad.
Gaby inhaló profundo.