Capítulo 29
El ajetreo de las últimas horas había dejado a Irina al borde del colapso emocional. El traslado de Gail al hospital central se llevó a cabo sin complicaciones, pero el temor que sentía seguía oprimiéndole el pecho. La sala blanca del nuevo hospital parecía más aséptica, más fría, pero también más esperanzadora. El equipo médico que los recibió era el mismo que había atendido a Gail durante su tratamiento anterior y eso la sorprendió muchísimo. Ver las caras conocidas de los doctores le dio un poco de calma y sintió que todo iba a estar bien, tenía que estarlo.
Leone se encargó de todos los trámites tal cual lo había dicho con la eficiencia de un hombre acostumbrado a tomar el control. Este hizo todas las llamadas necesarias, habló con los directivos y se aseguró de que Gail fuera ingresado en la mejor habitación disponible de todo el hospital. Lo observaba de reojo todo el tiempo, sin saber si agradecérselo o maldecirlo. Aquel hombre parecía una figura ambigua en su vida