Rocío sintió como si tuviera ganas de ir al baño, se tensó por completo y tenía demasiado temor al sentir esto.
—Trata de soltarte, no es algo malo.
Cuando Mateo le pidió esto a Rocío, ella hizo caso por completo. Al momento de soltarse, pudo sentir cómo un líquido descendía y todo su cuerpo se sacudía ante un orgasmo.
—Eso es.
Mientras Rocío se sacudía, Mateo la tomó entre sus brazos y la sostuvo. El cuerpo de ella pasó de ser tenso a suavizarse por completo. Él se acostó en la cama y la atrajo hacia su cuerpo en un gesto protector.
—Estás a salvo, en serio que sí.
Mateo la acurrucó y luego de eso le dió un beso en la cabeza. Rocío, por su parte, tenía la mente en blanco. Por primera vez alguien era capaz de lograr esto que hasta el momento le había parecido imposible.
—Rocío, sé que ya lo he dicho y no quiero ser repetitivo. Pero en serio que te amo, lograste hacer lo que nadie pudo hacer en el pasado y ahora te ofrezco no solo mi corazón, sino también todo lo que poseo, desde biene