Me tambaleé al escuchar lo que Zayd estaba diciendo. Si no hubiera sido porque él me sostuvo de los hombros, era muy probable que en estos momentos estaría en el suelo.
Ahora muchas cosas me hacían sentido, desde los lujos de esta mansión, la venganza con la familia Günsür, los invitados prestigiosos e incluso toda la joyería y los vestidos que él me había comprado.
—No, esto no puede ser posible —mi abuelo se aferró más a su bastón —. ¿Por qué no has dicho nada antes?
—Porque no lo consideré necesario, al final de cuentas solamente es un apellido que no cambia la esencia de lo que soy —él me miró y algo en mí se removió —. Kany, en serio que he sido un tonto al ocultar lo obvio. Pero quiero decirte que si el día que me confesaste tus sentimientos te hice ese desplante no fue porque no te quisiera, sino que más bien me temía que me estuvieras escogiendo por pena o por agradecimiento, no porque realmente me quisieras.
Mi corazón comenzó a latir con fuerza, miré directamente a Zayd a l