La mirada de Zayd había vuelto a ser una de hielo total, miré los papeles del divorcio y efectivamente ya se encontraban firmados. Pero no solo eso, también había una cantidad de dinero que se me iba a entregar una vez que mi firma se pusiera en dicho documento.

—Zayd, no tienes que hacer esto. Entiende que…

—No, claro que es necesario hacerlo. Ahora tu más grande amor ha resucitado y no pienso ser una piedra en el camino. Él va a encargarse de protegerte de la familia Günsür, así que no te mortifiques por mí.

—Espera un momento, Zayd.

Intenté detenerlo, pero no pude hacerlo. No supe de dónde saqué las fuerzas para levantarme de la cama y lo seguí, iba a mitad del pasillo cuando le grité y volvió a ver.

—Espera, por favor.

Mi mano se extendió en su dirección, cuando él miró esto, se quedó de pie un momento como si estuviera pensando en acercarse a mí. Pero al final sacudió su cabeza y se fue hacia adentro.

—¡Zayd!

Me iba al suelo cuando dos brazos me sostuvieron, pensé que había sido