Sacudí la cabeza en negación, Rocío me miraba con cierta complicidad y yo sabía perfectamente lo que eso significaba.
—¿Acaso te vas a quedar ahí? —Zayd arqueó su ceja y me miró con cierta pereza —toma, son pomadas que te van a ayudar a desinflamar ese golpe.
Rocío me empujó en dirección a Zayd, él me sostuvo nuevamente y puso la bolsa en mis manos.
—Ahí tienes todo lo que necesitas, si tienes dudas bien puede llamar.
—Está bien —respondí mientras miraba absorta la bolsa con la medicina —no tenías que molestarte.
—No es molestia.
Zayd caminó hacia la salida, mientras yo revisaba las cosas que me había traído, él se dió la vuelta y me miró directamente.
—Lamento mucho lo sucedido, no fue mi intención como tal.
—No te preocupes —sonreí amablemente —gracias por esto, no era necesario. Pero de igual manera agradezco que tuvieras esa intención conmigo.
Zayd se limitó a un leve asentimiento y luego se fue, miré las pomadas y supe que eran de un laboratorio bastante bueno.
—Deberías invita