RICARDO:
Estaba confundido, quería mantener la distancia entre Victoria y yo, pero cada vez nos acercábamos más. Primero porque no pude dejarla sola y empezar de nuevo; luego, al verla llorando, la había abrazado y mi corazón se saltó un latido. Había firmado un contrato con ella: la defendería, me casaría con ella para recuperar mi negocio y luego nos separaríamos. Un negocio, un simple negocio como otro cualquiera.
Pero ahora sentía que me estaba uniendo más y más a ella. Y no era algo que quería. Yo amaba a otra mujer, Victoria está saliendo de un matrimonio desastroso; no quiero hacerla sufrir. Me repetía que debía mantener las cosas dentro del marco de nuestro acuerdo. Entonces ella se había dejado ver ante mí no como la niña rica caprichosa que creía que era, sino como una mujer rota y vulnerable, y yo… hab