VICTORIA:

Sin esperar mi respuesta, Ricardo se apartó bruscamente y salió del baño, dejándome sola con el eco de sus palabras. Por primera vez, me pregunté si había llevado demasiado lejos mi desconfianza. Pero, sobre todo, estaba confundida por el motivo por el que me había comportado de esa manera. ¿En verdad Isabel al lado de Ricardo me había molestado? Si apenas era un desconocido para mí. Mis manos temblaban ligeramente mientras me apoyaba en el lavabo, intentando controlar mi respiración agitada.  

Me miré al espejo: tenía las mejillas sonrojadas y los ojos brillantes. No podía permitir que nadie me viera así. Respiré profundamente varias veces, alisé mi cabello con las manos y enderecé mis hombros. La Victoria que todos conocían no perdía el control por un hombre, mucho menos por alguien que acababa de conocer. Con la bar