Luna está lidiando con la educación de sus hijos y ahora el muy idiota de su ex la quiere meter en más problemas. Como si haberse burlado de ella en el pasado no ha sido suficiente.
—Por favor, ayúdame. Te prometo que si lo aceptas, de inmediato te firmaré tu renuncia y en vez de ser tú quien me pague por los años que restan, seré yo quien lo haga para ti—. Propone Eduardo.
Si me haces ese favor, yo no solo te pagaré con dinero, sino que también con mucho amor, porque yo te amo y ahora que te he encontrado no quiero que te separes de mí. ¿Qué dices? ¿Aceptas echarme una manita en mi problema?
—¡He dicho que no! —Yo no soy una cualquiera que se vende solo por obtener un puño de dinero, yo soy una dama decente Eduardo, no te equivoques conmigo, ya no estoy dispuesta a ser tu juguete.
—¡Te voy a volver a conquistar al precio que sea, mi bella pelirroja, eso te lo aseguro!
—No sigas insistiendo y vete de mi oficina ¿Acaso ahora que me has descubierto, no me vas a dejar trabajar tranquila