-Un testigo Emi, quien nos va a ayudar en el juicio- Exclamó tomando sus manos con alegría.
Emilia abrió grandes los ojos y Adrian se preocupó, temiendo que la azabache no estuviera sintiendo lo mismo que él.
-Yo…- comenzó a decir soltando sus manos y frotando su nuca incómodo- A veces olvido que es el padre de Noah- dijo desviando la mirada- Quizás te incomode todo esto. Lo siento.
Emilia frunció el ceño con molestia.
-Para nada Adrian- La azabache lo tomó de los hombros con fuerza y lo acercó a sus ojos con una mirada intensa que hizo que el joven CEO tragara saliva- Escúchame bien… vas a ir a ese juicio y vas a destronarlo ¿Me oíste? Alguien debe darle una lección a ese hombre narcisista, y ese eres tú, debes darle donde más le duele… en su orgullo.
-Siento que quiero besarte…- Fue lo único pudo decir, enamorado de esa mujer.
-Entonces deja de hablar y hazlo. – sentenció Emilia.
Adrian no necesitó que se lo repitiera dos veces. La tomó con sus firmes manos de la cintura estrecha