-¿Se conocen?- exclamó confundido Adrian.
Pero su pregunta se perdió en el aire denso que se había formado entre Emilia y Daniel.
El joven castaño no entendía cómo ese empresario tan poderoso conocía a Emilia, simplemente no podía hacer la conexión.
-¿Qué haces aquí?- finalmente dijo la azabache, ignorando la pregunta de Adrian y abrazando con fuerza a su niño.
Bajo la mirada de desconcierto del joven. Emilia retrocedió como un animal en peligro.
Daniel se levantó de golpe del asiento, y automáticamente el CEO también lo hizo.
-No ¡Tú qué haces aquí Emilia!- exclamó perdiendo los estribos por un segundo.
-¿Qué está pasando aquí?- exclamó Adrian, recuperando la atención de ambos.
Daniel miró al CEO, y recordó que estaba en medio de una reunión importante. Una sonrisa amplia de dientes blancos y brillantes se dibujó en su rostro.
-Señor Sinclair, ¿Esa es su sobrina?- dijo dulcemente- Hola niña…¿Cómo te llamas?- exclamó agachándose a la altura de Emma, pero la niña no dudó en esc