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Una madre por contrato

Una madre por contrato ES

Romántica
Sunflowerfield  Recién actualizado
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Resumen
Índice

Sinopsis

Jefe / CEOMultimillonarioGemelosSecretoMatrimonio por contratomadre solteraMi papá es CEO

El dinero no puede comprarlo todo. Jeremy jamás creyó que esa frase no fuera cierta hasta el día en que escuchó esas tres palabras que lo rompieron por completo "Ella no sobrevivió". En ese instante pudo sentir su mundo perfecto desmoronarse. Por mucho dinero que tuviera, absolutamente nada podría devolverle al amor de su vida, a su esposa, su hermosa Marie, y el responsable de todo era un pequeño bebé del que sin duda no quería saber nada. Había mantenido oculta a su esposa, lejos de la prensa y de su propia familia, pero aquello no podía durar mucho, su familia llegaría pronto para conocer al heredero que le habían impuesto para seguir siendo el CEO de la sucursal de su empresa en Washington. Dentro de su desesperación, conoce a Eva, una mujer sin recursos que acababa de tener un bebé la misma noche y le propone un descabellado trato. Ella se convertirá en su esposa y criará juntos a los dos bebés, el que ella había tenido y el de él. Solo había tres condiciones. No podía hacer diferencias con los bebés, jamás le revelaría a nadie la verdad sobre ellos y no podría divorciarse hasta que cumplieran dieciocho años.

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Último capítulo

  • 120.Alexander no tardes por favor…

    Anahí estaba muy molesta, no podía creer que Jeremy la hubiera tratado así, pese a que había salido riendo de la habitación de Eva, se sentía humillada, menospreciada por ese hombre que no le había dado su lugar como posible madre de su hijo.Alexander tampoco había aparecido en un par de días, lo que la ponía aún más de mal humor por no poder descargar su frustración ni explicarle lo que había sucedido, pero sobre todo por no verlo ni saber dónde estaba.¿Acaso no la amaba?Tomó de nuevo su móvil y volvió a llamar a su amante. Necesitaba quejarse o mejor dicho, informarle de que Jeremy parecía no querer actuar en cuanto a su plan, después de pensarlo, dejó de marcarle.Podía ser su hijo, pero si la dejaba él al no tener ya la garantía de que Jeremy se haría cargo de ese hijo. No, ella no podía decirle algo así.Tenía que calmarse y esperar si aguardaría hasta que Alexander llegara y así poder consentirlo y recibir sus mimos.—Alexander no tardes por favor… — pidió ella al aire.Alexa

  • 119. Si ese crío es mío, no pienso comportarme como tú

    — ¿Está todo bien hijo?— Preguntó el padre de Jeremy al entrar en el estudio de su hijo, desde que había llegado muy pronto ese día con su esposa, se encerró en el estudio y no fue a trabajar a la empresa, se notaba que estaba preocupado.— Todo bien padre— Aseguró Jeremy fingiendo que revisaba unos papeles, en realidad estaba esperando que viviera llegara para preguntarle qué tan fiable era el forense porque si había algo que no podía permitir era que su esposa saliera perjudicada de ningún modo por lo que acababa de ocurrir con Genaro— Solo me tomé el día para estar con mi familia, en cuanto termine revisar estas cuentas.El padre se notaba algo incómodo, mientras escuchaba a su hijo, ¿Como hablar de algo como eso? Se supone que tus hijos no pueden cometer tus errores, pero bueno, Jeremy lo había hecho, solo quería que no se sintiera culpable, que supiera que podía fallar, que no debía ser el hombre perfecto que siempre había querido ser.—Bueno, también quería hablarte sobre… bueno

  • 118. Te llamaré como desees…

    Él se apartó del hombre y se giró para observarlo, sabía qué reaccionaría mal, sobre todo por lo que había estado a punto de ocurrir entre ellos y no llegó a ocurrir.— Soy Morgan — aseguró él — te agradecería que no uses el nombre que me asignaron al nacer, no me siento identificado con el nombre de una mujer.Sí, por supuesto, sabía que eso era muy extraño para él y difícil de asumir, pero, ya que había decidido hablar, diría toda la verdad.Miller todavía no salía del shock que tal revelación le había causado, aunque ahora tenía sentido el porqué había sentido esa clase de apego con el joven, aunque lo había confundido con otra clase de amor.Era el amor filial el que lo hacía querer protegerlo. Lo llamaría como él deseara. Por fin había encontrado a la persona que todo esté tiempo había estado buscando.—Te llamaré como desees…— le respondió volviendo a abrazar al joven sin que pudiera evitarlo o mejor dicho sin que él deseara negarse a hacerlo.— Quise vengarme de ti desde que te

  • 117. Una vez fui conocido como Emma.

    Quien fuera que lo hubiera matado había sido muy bueno y muy benevolente, lo mató de manera rápida y sin ningún tipo de dolor. El maldito al final fue recompensado por un ángel, él en su lugar hubiera hecho lo mismo que Jeremy, es más, es lo que haría una vez encontrara al monstruo que llevaba años cazando.No tardó en sacar los huesos casi sin ningún tipo de residuos, así le era más fácil llevarlos hasta su lugar de trabajo y echarlos junto con el cadáver de algún vagabundo o de alguien más, además era perfecto no sospechaban que él llegara a esa hora, es más, los guardias lo dejarían en paz, sabían que su trabajo era su vida, bueno no estaban del todo equivocados.Los guardias como siempre lo dejaron pasar, ni siquiera se molestaron en revisar la bolsa de palos de golf que llevaba, ya que no sospecharía que él llevara huesos en esa bolsa.Nada podía salir mal.Él no dejaría que nada saliera mal.Lo primero que haría sería llevar esos huesos al horno, y empezar a deshacerse de ellos.

  • 116. ¿Acaso era amor?

    Miller maldijo al escuchar el tono de su teléfono, le cayó un gran balde de agua. Era un recordatorio de que él no era alguien normal, por mucho que en ese momento deseara serlo.—Lo siento— se disculpó con el joven que en ese momento tenía en sus brazos, apartándose de él no sin antes robarle un último beso — debo contestar aun así esta conversación entre nosotros queda pendiente.El forense contestó el móvil, las palabras fueron claras, al igual que las órdenes que le habían dado, debía terminar el trabajo y hacer desaparecer el cuerpo.—Debo irme— le mencionó al joven tras colgar.Debía de estar loco, pero se moría por mostrarle a Morgan esa parte de él que le escondía a todo el mundo, mostrarle al monstruo que habitaba en él y que disfrutaba de matar a otros monstruos, se moría por saber si a ese chico también podría gustarle su lado oscuro, o por el contrario eso lo haría huir de él.Pero no podía, tal vez más adelante, pero no en ese momento.Miller Camino hasta su cuarto y empe

  • 115. Por favor no me odies…

    Un último empuje en el interior de su esposa y Jeremy se corrió en su interior besándole con suavidad el cuello hasta llegar a sus labios y besarla con toda esa pasión y amor que lo consumía.— Te amo… eres todo para mí.Aseguró él completamente perdido en el placer, acarició nuevamente los senos de su esposa y luego le subió el vestido para taparla, sabía que estaban solos pero odiaba el simple pensamiento de que alguien pudiera verla, además de que ya estaba amaneciendo.Se giró apenas un momento mientras él se acomodan la ropa y cuando se volvió a girar ya no encontró a su esposa.—¿Eva?— un fuerte escalofrío recorrió todo su cuerpo al saber o casi estar seguro de dónde estaba su mujer —¡Eva! — gritó él mientras corría al interior de la casa, pero ya era tarde encontró a su mujer llorando arrodillada en la entrada de la casa.— No… dime qué no lo hiciste cariño — dijo el dejándose caer frente a ella y abrazándola.Ella no respondió, no podía hacerlo, se encontraba temblando aún al r

  • 114. ¿Crees que podría estudiar teniéndote cerca?

    Miller calló al darse cuenta de que se encontraba en ese momento que estaba hablando por primera vez de su familia a alguien más.Ese chico no solo lo hacía tener sentimientos y deseos que antes no tenía, también tenía la facilidad de hacer que bajara la guardia.La pregunta era ¿Por qué? ¿Qué tenía de especial Morgan?— ¿Cómo sucedió, cómo se llevó a su prima?— preguntó intentando seguir pensando en lo que tanto le enojaba ¿Tal vez Xavier se veía a sí mismo como un monstruo? Porque Morgan estaba seguro de que era él quien la vendió.Era frustrante para el joven darse cuenta de que ni siquiera aquello que lo había atormentado toda su vida era suficiente para terminar con sus ganas, con esa incomparable atracción que ese hombre le provocaba.—La arranco de mi lado — fue todo lo que él respondió.Darse cuenta de que el joven hacía que bajara sus defensas hizo que Miller tratara de subirlas aún más. No había nada más peligroso para un monstruo como él que alguien como Morgan.— Dónde est

  • 113. ¿Es usted mi secuestrador?

    Miller se encontraba en ese momento haciendo el desayuno, un par de huevos revueltos y un par de lonchas de beicon, jugo recién hecho de naranja y café.Era la primera vez que se tomaba el día libre, en muchos años, la primera vez que salía de la rutina y era a causa del joven sobre su cama.El cuello le dolía por dormir en el sofá que había en su habitación, pero no podía compartir la cama con el joven, no con él pegándose contra su cuerpo, escuchando como le pedía que lo tocara y aliviará su calor.Tras desvestirlo con la luz apagada y sin tocarlo, le cubrió la parte baja de su cuerpo con una sábana y colocó compresas de agua fría sobre su cuerpo, fue hasta hace un par de horas atrás que el joven había dejado de quejarse y se encontraba completamente dormido.Pese a que podría irse a trabajar y no volver hasta más tarde, no lo hizo. Se quedaría a esperar que despertara y cerciorarse que la droga se hubiera eliminado de su cuerpo en su totalidad.Morgan estaba especialmente a gusto e

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El dinero no puede comprarlo todo, Jeremy jamás creyó que esa frase no fuera cierta hasta el día en que escuchó esas tres palabras que lo rompieron por completo "Ella no sobrevivió". En ese instante pudo sentir su mundo perfecto desmoronarse, por mucho dinero que tuviera, absolutamente nada podría devolverle al amor de su vida, a su esposa, su hermosa Marie, y el responsable de todo era un pequeño bebé del que sin duda no quería saber nada.— No quiero hacerlo— Aseguró Jeremy con lágrimas en los ojos cuando la enfermera llegó hasta él con un pequeño bebé recién nacido en los brazos para entregárselo.— no quiero sostener esa cosa.— No es una cosa, señor Duncan, es su hijo…— Él la mató, él mató a Marie y yo jamás voy a sostenerlo en mis brazos.La enfermera no era capaz de entender cómo alguien podía culpar a un pequeño bebé recién nacido porque su madre no hubiera sobrevivido al parto. Lo que si estaba claro era que ese niño necesitaba cuidados, pero sobre todo cariño.— Señor, el no
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