Miller maldecía porque cada vez que encendía el televisor aparecía el cabrón de Alexander Valerian, que si era un héroe de las clases medias, que si era David enfrentándose a Goliat, que si el mundo era injusto porque ganaba siempre el que más dinero tuviera.

Si la gente supiera la clase de monstruo que estaban siguiendo, se asquearían como él lo estaba por haber visto sus atrocidades y descubrir que no tenía límite, que era capaz de todo.

El muy hijo de puta se veía como un héroe de masas, pero él tenía la clave para que aquello terminara, era nada más y nada menos que el fichero lleno de delitos que tenía en sus manos, aquello sería suficiente como para meterlo en la cárcel e incluso consideraran una pena de muerte o una cadena perpetua, pero aquello no era suficiente para Miller.

Xavier quería ser la persona que tuviera el lujo de terminar con la vida de Valerian, monstruo que les había convertido a ellos dos en monstruosos, además de que no podía deshacerse del fichero lleno de mo