6. Tú eres su madre.
— ¿Ya se quedaron dormidos los niños?— preguntó Jeremy entrando en la habitación y comprobando que efectivamente ambos bebés estaban descansando en esa gran cuna que compartían.
Eva había acabado de dormir a los niños, la mucama se retiró, apenas vio entrar a su jefe a la habitación, dándoles intimidad tal y como cualquier matrimonio debería tener y es que Eva lograba sorprenderse de lo discreto que era el servicio, a veces ni siquiera sabías que estaban allí y eso hacía que todo pudiera resultar más íntimo.
—Si, se acaban de dormir, No son hermosos— le preguntó ella volteando a verle con esos ojos brillantes y esa sonrisa que lograba cautivar al hombre.
— Si quieres puedo mandar comprar otra, como al principio solo iba a tener un hijo, solo mandé colocar una.
Explicó acercándose a ella para observar más de cerca, aquella mujer, se veía hermosa de un modo muy especial y natural, una belleza sencilla en la que, debía reconocer, no se habría fijado con anterioridad, pero al tenerla dela