A MERCED DEL DINERO. C89: Quiero que estés solo conmigo.
Marfil chasqueó la lengua y negó con la cabeza, dejando escapar una risa baja, casi divertida.
—Qué tonto eres, Lucas. Nunca te dejaría por algo así. Solo te dije eso porque estabas muy alterado y necesitabas calmarte, pero lo tomaste demasiado en serio.
—No podía tomarlo de otra manera.
—Ya olvídalo. No vale la pena que te martirices por algo que ya pasó.
Hubo un breve silencio en el que Marfil lo observó con intensidad, como si estuviera decidiendo cómo abordar la situación. Entonces, con un gesto suave pero decidido, alzó la mano y tomó el rostro de Lucas entre sus dedos, obligándolo a mirarla directamente a los ojos. Sus labios se curvaron en una pequeña sonrisa, pero su mirada reflejaba una profundidad que no siempre dejaba ver con facilidad.
—¿Sabes por qué estoy aquí? Para demotrarte que tú me importas mucho más de lo que imaginas. Te necesito.
Marfil volvió a rodearlo con sus brazos con una delicadeza inesperada, hundiendo su rostro en su cuello como si buscara refugiarse en é