A MERCED DEL DINERO. C55: Fue un error.
Richard sintió un vuelco en el pecho y su respiración se hizo más pesada. Había algo en la forma en que Marfil lo miraba, en la manera en que sus palabras se deslizaron de sus labios, que hizo que su mente se nublara momentáneamente.
—Eso es cierto —logró decir, sintiendo cómo su propia voz sonaba más ronca de lo habitual—. Yo te protegeré. No permitiría que nada malo te pasara, Marfil.
Ella sonrió de nuevo, brindándole una sonrisa dulce, casi melancólica. Levantó una de sus manos y la posó suavemente sobre la mejilla de Richard.
—Eres un buen hombre, Richard —manifestó—. Abigail es muy afortunada de tener a alguien como tú.
El sonido del nombre de Abigail cayó como un recordatorio amargo. Richard parpadeó, como si algo en su mente intentara traerlo de vuelta a la realidad. Pero Marfil no le dio tiempo. Sus dedos rozaron con suavidad la línea de su mandíbula, como si lo estuviera admirando.
—A decir verdad… —añadió ella—. Me gustaría algún día conocer a un hombre como tú. Alguien que m