A MERCED DEL DINERO. C36: ¿Todavía te sientes incómoda en su presencia?
En la mañana siguiente, Marfil despertó con una resolución férrea en su mente. Ya no había espacio para la duda ni para el desánimo. Había pasado la noche sumida en pensamientos conflictivos, debatiendo internamente si lo que planeaba hacer era correcto o no. Pero al final, se había convencido de que no estaba haciendo nada malo. Después de todo, Richard no era un hombre casado, y en el amor, todo se valía. Si Abigail tenía la suerte de ser su novia, ¿por qué no podría ella cambiar ese destino?
Mientras se alistaba para la universidad, se miró en el espejo con detenimiento. Sabía que era hermosa. Sus rasgos finos, su cabello perfectamente arreglado y su porte elegante la convertían en una mujer difícil de ignorar. Había visto cómo los hombres la miraban cuando pasaba, cómo se giraban para contemplarla. No era la primera vez que se proponía conquistar a alguien, pero esta vez era diferente. Richard no era solo un capricho pasajero. Él representaba la estabilidad, el lujo, la seguridad