A MERCED DEL DINERO. C138: No eres para nada justo.
No era un sitio ostentoso ni de gran lujo, pero sí era un restaurante bonito, acogedor, con un ambiente íntimo que Lucas había escogido pensando en ella.
Cuando bajaron del taxi y se acercaban a la entrada, Lucas, algo nervioso, hizo un comentario.
—Espero que este lugar sea de tu agrado. No es precisamente un restaurante costoso...
—No tienes que preocuparte por eso estando conmigo.
Con esas palabras, Lucas sintió una calidez en el pecho. Entendía que Marissa, aunque provenía de una familia adinerada, no era como muchas personas de ese círculo. Ella era sencilla, genuina, emocional, y sus sentimientos eran auténticos.
No le interesaban los lujos ni las apariencias; ella valoraba otras cosas. Se había enamorado de Lucas precisamente porque era un hombre trabajador, un hombre que luchaba día a día para abrirse paso, que no necesitaba mostrar riqueza para tener valor.
Eso era lo que Marissa quería a su lado: un hombre honesto, un hombre real.
Se acomodaron en una de las mesas del restau