Narrado por Luke Brown
Muevo la pequeña maceta de un sitio a otro para encontrarle el puesto ideal en mi oficina. Cuando creo que lo he conseguido, doy algunos pasos atrás y me siento en mi escritorio, para apreciarla. Mi mano va a mi barbilla, analizando si es el lugar adecuado. En eso, la puerta se abre.
—Luke, tienes visi... ¿esa planta es de verdad? — dice mi asistente.
—No, es producto de tu imaginación Adam — volteo mi silla para acomodarme a firmar planillas — ¿Quién me quiere ver?
—Es Abigail, quiere hablar contigo.
¿Esa presencia divisoria que no quiero tolerar ha llegado tan lejos como para buscarme? Era el colmo, que hasta quisiera contaminar mi propia oficina.
—Dile que se equivocó de oficina.
—Ah, afuera hay una placa con tu nombre — recuerda él, la señala y todo con su dedo.
—Dile que no estoy, entonces — resuelvo.
—Ya le dije que estabas.
Harto, golpeó con ambas manos a mi escritorio. Lo miro con reproche.
—¿De qué parte estás tú? — exijo saber.
—¿Debo estar de alguna?