La primera vez que se vieron, ella era una doctora forense y él era el sospechoso de un delito. La segunda vez ella era una humana cautiva en un mundo que no conocía y él era el rey alfa de la manada de lobos. Sin embargo, un lanzo inquebrantable los une junto a la sorpresa de un cachorro en camino. Pero un enemigo aún más formidable amenaza a ambas razas, y la única esperanza radica en que Sofía y Gabriel unan sus fuerzas para enfrentar un destino que cambiará sus vidas irrevocablemente.
Leer másHillStone no era para nada como Sofía se esperaba. El lugar parecía sacado de una revista de los pueblos más bellos del mundo, lo que dejaba en total discordancia la razón por la que estaba ahí.
Desde hace 3 años había estado moviéndose de un lado a otro, huyendo de todo lo que la vinculaba con su familia y siguiendo un impulso que ni ella misma comprendía.
Y fue justamente eso, y la propuesta de trabajo que le llegó, lo que la llevó hasta donde estaba, debido a una serie de asesinatos que tenían consternados a todos los habitantes y no era para menos.
Sus ojos evaluaban la gravedad de las heridas de los cadáveres, sus manos metidas en guantes de latex quirurgico revisan la profundidad de los cortes y por extraño que sea su primer pensamiento fue que no parecía haber sido hecho por un humano: Los cuellos estaban desgarrados, pero las marcas de las uñas no podrían corresponder ni al humano más grande.
Lo que podría haber sido obra de un animal, de no ser por el hecho de que los ojos han sido extraídos y extrañas marcas y signos fueron dibujados con un arma cortopunzante en el abdomen de todas las víctimas.
Dejando salir un suspiro, giró el rostro hacia el hombre uniformado en una esquina de la habitación de la morgue donde ella trabajaba y quitándose los guantes le dijo:
—Todo apunta a que las víctimas han sido parte de algún tipo de rito de los que hacen los fanáticos, debido a las marcas hechas en su cuerpo y el que les sacaran los ojos.
El detective que parecía estarse poniendo verde a medida que ella hablaba, asintió con la cabeza y luego le preguntó:
—¿Alguna idea de cómo escogen a las víctimas?
Sofía evitó poner los ojos en blanco, pues se suponía que el detective era él, pero teniendo en cuenta que ese era el primer asesintado que sucedía en el pueblo en años, no era de extrañar que el hombre no supiera qué hacer.
Sus ojos se fueron hacia los cinco cadáveres enfrente de ella, había 3 mujeres y dos hombres. Todos jóvenes, entre los 24 y los 30 años, sin embargo aparte del hecho de que todos se veían jóvenes y en buen estado de salud no había nada más que los vinculara.
—No veo ningún patrón, al menos físico entre las víctimas, pero si puedes dejáme las fichas de cada uno y veré que puedo encontrar— le dijo y el oficial se vio visiblemente agradecido, entonces ella sintiendo curiosidad le preguntó—Pensé haber escuchado que había un sospechoso ¿De dónde salió?
Al escuchar su pregunta el nerviosismo y la palidez del policía sólo incrementó, lo que hizo que ella frunciera el ceño confundida, mientras se convencía cada vez más de que ahí estaba pasando algo que no le decían.
—Eh… Bueno, efectivamente si hay un sospechoso, pero las pruebas no son contundentes así que no hemos…
—Así no sean contundentes puede citar para un interrogatorio, ¿Qué se lo impide?
Finalmente el detective dejó salir un suspiro y con una seña la invitó a que lo siguiera hasta su escritorio y fue ahí cuando le mostró la foto del hombre más atractivo que había visto en su vida.
—¿Quién es él?— preguntó sin poder alejar los ojos de la imagen.
—Ese es Gabriel Nightshade, nadie sabe mucho de él más allá de que es el dueño de toda la zona norte del territorio, más alejada del pueblo, creó su propia comunidad y ahora son prácticamente un pueblo más grande que este, incluso lo registró con el nombre de Silvermoon.
Sofía no podía alejar los ojos de la imagen, había algo en el hombre, en su mirada que generaba una sensación extraña en su cuerpo, sin embargo, no dudó un solo segundo antes de decirle al oficial:
—Mandale una citación, yo estaré contigo en el interrogatorio.
El sol se asomaba en el horizonte cuando la pequeña familia caminó hacia la mansión de los Lycan. La paz había regresado a sus vidas, y aunque las cicatrices del pasado aún se dejaban sentir, el amor que los unía era más fuerte que nunca. La manada los recibió con alegría y alivio. Sofía podía ver los rostros aliviados de todos y también la curiosidad antes la bebé que Gabrielllevaba en brazos y menos ni hablar de sus ojos fijos en sus manos enlazadas. Un grupo de lobos se arremolinaron alrededor de su alfa, pero este agotado y sonriente negó con la cabeza antes de decir: —Muy pronto se darán todas las respuestas, pero mientras tanto deben saber que la paz ha vuelto y la manada ya tiene a su luna. Los jadeos slo incrementaron ante las palabras de Gabriel, pero este impasible y dominante agarro mejor la mano de Sofía y se encaminó hacia la mansión. Una vez dentro, miró a Blake su segundo, antes de decir: —Busca a mi madre y traela a mi oficina. Entonces llevó sus ojos hacia ella y
Dolor, lo único que Sofía podía sentir era un dolor tan agudo que eliminaba cualquier otro tipo de pensamiento. Era como si le estuvieran desgarrando las entrañas de dentro hacia afuera y sabía que se trataba de su bebé, lo que la angustiaba mucho más, pero por más que quería no conseguía reaccionar. Entonces sintió como todo su cuerpo comenzó a vibrar y aún en medio de la inconsciencia en la que sabía que estaba, supo que Gabriel estaba ahí. Era como si todas sus terminaciones nerviosas pudieran reconocerlo y tal vez fue eso lo que le dio la fuerza necesaria para finalmente abrir los ojos. Fue ahí cuándo el verdadero suplicio empezó. —Ahhhhhh! — gritó eso fue lo primero que salió de ella, antes de encontrarse con esa mirada gris plomo viéndola entre aliviado y aterrado. —Nena, oh por la luna, nena, pensé que no despertarías—me dice, pero no puedo concentrarme en sus palabras porque una ola de dolor me hace doblarme sobre mi propio cuerpo. —¡¡No puedo!! Gabriel… la bebé… ¡Por fav
Gabriel estaba desesperado. Las palabras de Rowan no dejaban de repetirse en su mente y el hecho de no tener cobertura para poder llamar a sus lobos y saber de la situación en la cabaña lo empeoraba todo.Lo único bueno era que Azaleia había conseguido concluir el hechizo, lo que significaba que el hijo de puta de Lucyus se iba a quedar en el maldito infierno donde pertenece.—Alfa, puede ir adelante en su forma de lobo y yo me quedo con el auto—la voz de Azaleia lo hizo girar el rostro al asiento del copiloto donde la bruja se encontraba.Lo cierto era que él había pensando en hacer eso mismo nada más salir de esa maldita mansión, sin embargo no sabía si Sofía iba a estar herida cuando llegara y de ser así la presencia de la bruja era indispensable. No podía arriesgarse.—No, si algo ha pasado lo mejor es que llegues conmigo, solo tú puedes tratar a mi luna, lo sabes.Casi dos horas después consiguió finalmente que su celular tuviera cobertura, en el momento en que Blake le contestó
Gabriel no podía alejar los ojos del hombre enfrente suyo. Lo cierto es que hasta ese momento no había tenido conocimiento de que Lucyus hubiese tenido un hijo y estaba seguro de que si no lo estuviera viendo con sus propios ojos, no lo hubiese creído.A su lado el cuerpo de Azaleia estaba tenso y a la defensiva, lo que le hacía pensar que la bruja estaba tan sorprendida como él con la noticia y es que habían demasiados interrogantes alrededor de esta información. Para empezar, ¿Dónde estuvo durante la guerra? ¿Quién es la madre? Y lo más importante ¿Es él el responsable de toda la mierda que estaba pasando?Sus ojos escrutaron al lobo enfrente suyo, debían tener aproximadamente la misma edad y aunque le estaba sonriendo con socarronería, podía notar el toque de nerviosismo que cubría por momentos su mirada. Estaba más que claro que no esperaba verlo ahí.—Su hijo, dices— Habló finalmente, empleando un tono de voz despreocupado que distaba mucho de cómo se sentía en realidad—Me parece
El grito de Sofía partió el aire en dos y despertó en ella un subidón de energía como nunca antes había sentido jamás. Con una velocidad sorprendente, Sofía se interpuso entre el lobo y Milena. Su daga brilló con una luz tenue, reflejando la ferocidad de sus ojos. La fuerza misteriosa que la había envuelto antes pareció resurgir, dándole una confianza renovada.El lobo enemigo gruñó, desafiante. Sofía, enfrentando al depredador con determinación, no retrocedió. Cada uno evaluaba al otro, midiendo la fuerza y la debilidad.—No te atrevas a tocar a mis amigos.El lobo, aparentemente indiferente a sus palabras, se lanzó hacia ella con velocidad asombrosa. La daga se movió en un arco preciso, encontrando su objetivo. El sonido de acero contra piel resonó en la noche y sabía que había más de un par de ojos asombrados con lo que estaba haciendo.Sin embargo, no tenía tiempo en esos momentos para ponerse a pensar de dónde estaba saliendo todo ese poder, aunque si que tenía una leve sospech
La cabaña a la que habían llegado no parecía en absoluto un lugar abandonado, eso fue lo primero que pensó Sofía cuando el auto aparcó en la entrada y lo confirmó cuando puso sus pies en el interior dejando salir una exclamación ahogada. Gabriel le había dicho que desde que su abuela le heredó la cabaña no había podido disfrutar de esta, pero al parecer omitió mencionar que si se encargaba de dejarla en perfecto estado. El lugar no era demasiado grande, una estructura de madera de dos plantas acogedora y en muy buen estado. Lo cuál hizo que para ella fuera incluso mejor que la mansión. —De no ser por las circunstancias, este podría ser mi lugar preferido—dijo en voz alta sin hablarle a nadie en particular. Sin embargo, la voz de Blake hizo eco de la suya cuando le contestó: —Gabriel pensaba lo mismo, y esperaba vivir aquí luego de la guerra, nunca pensó que él tendría que tomar el mando. —Sin embargo, fue una bendición que lo hiciera— esa vez fue Sven quien habló y ella lo vio co
Último capítulo