Una forense para el Rey Alfa
Una forense para el Rey Alfa
Por: Lizzy Bennet
0. El hombre más bello

HillStone no era para nada como Sofía se esperaba. El lugar parecía sacado de una revista de los pueblos más bellos del mundo, lo que dejaba en total discordancia la razón por la que estaba ahí.

Desde hace 3 años había estado moviéndose de un lado a otro, huyendo de todo lo que la vinculaba con su familia y siguiendo un impulso que ni ella misma comprendía.

Y fue justamente eso, y la propuesta de trabajo que le llegó, lo que la llevó hasta donde estaba, debido a una serie de asesinatos que tenían consternados a todos los habitantes y no era para menos.

Sus ojos evaluaban la gravedad de las heridas de los cadáveres, sus manos metidas en guantes de latex quirurgico revisan la profundidad de los cortes y por extraño que sea su primer pensamiento fue que no parecía haber sido hecho por un humano: Los cuellos estaban desgarrados, pero las marcas de las uñas no podrían corresponder ni al humano más grande. 

Lo que podría haber sido obra de un animal, de no ser por el hecho de que los ojos han sido extraídos y extrañas marcas y signos fueron dibujados con un arma cortopunzante en el abdomen de todas las víctimas.

Dejando salir un suspiro, giró el rostro hacia el hombre uniformado en una esquina de la habitación de la morgue donde ella trabajaba y quitándose los guantes le dijo:

—Todo apunta a que las víctimas han sido parte de algún tipo de rito de los que hacen los fanáticos, debido a las marcas hechas en su cuerpo y el que les sacaran los ojos.

El detective que parecía estarse poniendo verde a medida que ella hablaba, asintió con la cabeza y luego le preguntó:

—¿Alguna idea de cómo escogen a las víctimas?

Sofía evitó poner los ojos en blanco, pues se suponía que el detective era él, pero teniendo en cuenta que ese era el primer asesintado que sucedía en el pueblo en años, no era de extrañar que el hombre no supiera qué hacer.

Sus ojos se fueron hacia los cinco cadáveres enfrente de ella, había 3 mujeres y dos hombres. Todos jóvenes, entre los 24 y los 30 años, sin embargo aparte del hecho de que todos se veían jóvenes y en buen estado de salud no había nada más que los vinculara. 

—No veo ningún patrón, al menos físico entre las víctimas, pero si puedes dejáme las fichas de cada uno y veré que puedo encontrar— le dijo y el oficial se vio visiblemente agradecido, entonces ella sintiendo curiosidad le preguntó—Pensé haber escuchado que había un sospechoso ¿De dónde salió?

Al escuchar su pregunta el nerviosismo y la palidez del policía sólo incrementó, lo que hizo que ella frunciera el ceño confundida, mientras se convencía cada vez más de que ahí estaba pasando algo que no le decían.

—Eh… Bueno, efectivamente si hay un sospechoso, pero las pruebas no son contundentes así que no hemos…

—Así no sean contundentes puede citar para un interrogatorio, ¿Qué se lo impide?

Finalmente el detective dejó salir un suspiro y con una seña la invitó a que lo siguiera hasta su escritorio y fue ahí cuando le mostró la foto del hombre más atractivo que había visto en su vida.

—¿Quién es él?— preguntó sin poder alejar los ojos de la imagen.

—Ese es Gabriel Nightshade, nadie sabe mucho de él más allá de que es el dueño de toda la zona norte del territorio, más alejada del pueblo, creó su propia comunidad y ahora son prácticamente un pueblo más grande que este, incluso lo registró con el nombre de Silvermoon.

Sofía no podía alejar los ojos de la imagen, había algo en el hombre, en su mirada que generaba una sensación extraña en su cuerpo, sin embargo, no dudó un solo segundo antes de decirle al oficial:

—Mandale una citación, yo estaré contigo en el interrogatorio.

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