8. ¿Lo intentamos otra vez?
Gabriel salió hecho una furia de la habitación, no sabía si la rabia era por ver a Sofía sangrando, asustada y herida con el malnacido de Sven encima de ella. El gruñido que salió de él fue inmediato, es que de solo recordarlo sentía la rabia fluir por sus venas y las ganas de matar a su segundo volvían a crecer.
Sin embargo, su rabia también podía venir por las palabras que le dijo la forense. No podía creer que esa condenada mujer todavía insistiera en querer irse, o por el maldito hecho que acababan de invadir su casa en la madrugada y nadie le tenga una explicación al respecto.
—Tienes tres minutos para explicarme qué demonios es lo que está pasando.— Su voz no fue más que un gruñido bajo y animal, que hizo que su beta tragara en seco mientras lo miraba con nervios.
Blake miró a su alfa sabiendo que lo que estaba a punto de decirle no iba a hacerle ninguna gracia y que lo más probable era que se molestara tanto que los mismos cimientos de la mansión se verían afectados.
—Han de