Las palabras casi susurradas se escucharon tan claras que Liliana tragó, por algún motivo tenía miedo de girar a verlo, ambos sabían lo que era esa atracción y tenían claro su renuencia bilateral.
No obstante…
En la habitación silenciosa había una tensa y algo complicada atmósfera.
Ella tenía clara la situación, estaba muy consciente, sin embargo Héctor… Parecía que no tanto.
Se acercó a ella poniendo sus manos sobre sus hombros, después de mirarse a ambos en el espejo bajó a su oído.
Liliana al verlo y sentirlo se estremeció.
Parecían una pareja perfecta.
Hermosos...
A diferencia de otras ocasiones, Héctor no mostró desagrado o asco.
«No está bien».
Se dijo a sí misma como si fuera un mantra varias veces. Los días de humillación constante, depresión, ansiedad, desprecio, vergüenza y menosprecio.
Parecían días lejanos pese a haber sido apenas alrededor de cuatro semanas atrás.
«El contrato…»
Tragó y lo miró directamente por el espejo, en ese momento si alguien de afuera lo hubiera vis