En un instante la presión de la atmósfera cambio drásticamente. Herminia inmediatamente junto sus manos mansamente y bajo la mirada al suelo dando un paso atrás. Y Liliana…
Ella sólo torció la boca de manera burlona. Entre él y Oliver era bastante clara la diferencia. Sin embargo, la llamada fisiológica estaba más allá de su control.
Su cuerpo comenzó a sentir un hormigueo y sus muslos se apretaron inconscientemente.
Héctor frunció el ceño y la tensión en su abdomen lo hizo tragar inconscientemente.
Ninguno se dio cuenta de cómo, pero en un segundo ya estaban a menos de un paso de distancia el uno del otro.
Cuando reaccionaron solo se miraron con el ceño fruncido.
—Mierda.
—Rayos.
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Oliver había dado vueltas en la cama durante la mayor parte de la noche. Hasta que un tentador y delicioso aroma emanó de sus sábanas. Antes de que alguien las pudiera cambiar, él sacó a todo el mundo de su habitación y se enredó en la cama con ellas.
—Si hubiera sabido que esto pasaría no habría dejad