••Narra Alexander••
¿Cuánto había sido? ¿Diez, cinco minutos?
No podía quitarle los ojos de encima a mi mujer porque ya otro intentaba llevársela. Lo que no esperaba, era que fuese Vinicius Oliveira. Ese hombre le llevaba casi treinta años a Kiara. ¿Cómo se atrevía a coquetearle?
—Ella no tiene que darte su apellido de soltera porque es una mujer casada, Vinicius —Tomé la cintura de Kiara, estrechándola contra mi costado.
Los ojos de Vinicius se posaron en mí con una tranquilidad para nada normal si contamos el hecho de que era un hombre que estaba coqueteando con la mujer de otro.
—Solo le estaba haciendo una pregunta por curiosidad, Westwood. No tienes que exagerar todo —Me respondió, pero sus ojos seguían fijos en Kiara.
¿Quería que lo matara aquí mismo? ¿Por qué no dejaba de ver a mi mujer?
—Consíguete una mujer y hazle todas las preguntas que quieras —gruñí y por un segundo, deseé que el saco de pulgas al que estaba sujetando con una correa, le mordiera el tobillo o