••Narra Alexander••
En estos momentos, Kiara debía estar en el hospital. Era cuestión de tiempo para que Evelyn le cuente la verdad. Toda la verdad.
Yo no debería estar aquí. Debería estar con ella si lo necesitaba, por si se le ocurría la locura de salir huyendo del hospital sola, aunque para eso había dejado a Víctor a cargo. Y aún así, sentía que no era suficiente.
Pero tenía que estar aquí, encargarme de esto. Terminar de una vez con ese infeliz de Federico.
Mis manos se aferraron al volante a pesar de estar estacionado debajo de este oscuro puente, en espera de aquel imbécil.
Qué lugar más cliché había escogido para esta reunión.
Observé cómo Vinicius estiraba la mano desde el asiento de copiloto, en busca del expediente de Evelyn, el cual descansaba sobre la guantera. Lo tomé rápidamente, colocándolo sobre mi regazo.
—Solo quiero ver lo que le hizo ese maldito imbécil —gruñó, evidentemente molesto conmigo.
—Deja de hurgar. Si Evelyn no ha querido contarte, significa que m