Mundo ficciónIniciar sesiónDespués de cenar traté de escribir un rato, pero me resultó imposible concentrarme. Así que traté de leer, sin ser capaz de recordar lo que decía un renglón cuando pasaba al siguiente. Me acosté hasta que la inquietud me obligó a volver a levantarme, unos diez minutos después.
Hacía unas tres semanas que End sonaba en las radios y en internet. Hacía diez días que había renunciado al call center, y no importaba a qué hora me fuera a dormir, todavía me despertaba religiosamente a las seis de la mañana. El lunes comenzarían a regalar las entradas para nuestra primera presentación desde que saliera el simple. Sería en el Buenos Ayres Club, en San Telmo, el viernes próximo.
Era sábado a la noche, y mi lógica indicaba que si éste era mi nivel de ansiedad una semana antes, me iba a morir de un infarto antes del miércoles.
Porque el viernes ocurriría había algo absurda e infinitamente mucho más importante que todo eso junto: ese día llegabas a la Argentina.
Me lo







