Mundo ficciónIniciar sesiónMe gustaría poder decir que volver a Buenos Aires significó un triste regreso a la agobiante rutina ciudadana. O que después de una semana tan cargada y movilizante, busqué refugio en el terreno conocido y seguro de mi música.
Pero no.
Ante todo estuvo el propio regreso. Como en un crossover de Twister y Rápido y Furioso, corrimos por delante del último coletazo de la sudestada, que nos pisaba los talones desbordando ríos, anegando rutas y derribando cables de alta tensión. Vos mantenías la tormenta vigilada en el retrovisor, ambas manos en el volante, el ceño fruncido con determinación y el pie firme en el acelerador.
Y le ganaste, porque ni una tormenta le gana en obstinación al rey del rock.
La lluvia sólo nos alcanzó cuando entrábamos a la ciudad. Para entonces veníamos a una velocidad más dominguera, y vos intentabas convencerme de pedir que nos subieran la cena a tu habitación, así aprovechábamos aquella inmejorable oportunidad para ver Into the Wil







