108

No dejaste de mirarme al acostarte de lado junto a mí. Me atrajiste de nuevo entre tus brazos y tu mano corrió por mi piel bajo las sábanas hasta mi pierna, alzándola sólo lo necesario para que descansara sobre las tuyas. Sólo precisé apoyar una mano en tu mejilla para que te inclinaras a besarme.

Contuve el aliento al ver la línea de tu cabeza y tu hombro a contraluz. Exactamente como aquella noche en la que regresaras a San Francisco. Ahí estábamos, tal como esa otra noche que parecía tan lejana, lado a lado, mi cabeza en tu almohada, mirándonos a los ojos por intuición.

Mi momento de remembranza se deshizo en tus caricias. Te habías acodado en la almohada, la cabeza ladeada para apoyarse en tu puño, aún observándome con una sonrisa vaga.

Me contuve de hablar, me contuve de moverme de cualquier forma que pudiera apresurarte. Reprimí mi ansiedad y mi inseguridad. Quería conocer tus gustos, tus tiempos. Y poco a poco me distendí, mientras seguíamos mirándonos, y

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP