Capítulo 47. La decisión de la reina
El sol se había hundido, y la suite de cristal de Nikolai Petrov se había convertido en un acuario oscuro, suspendido sobre el abismo. Liana se obligó a mantenerse en pie junto al muro de cristal, ignorando el vacío físico del valle y el vacío emocional que Petrov había dejado tras su partida.
La amenaza no había sido una pistola en la sien; había sido un cálculo frío y preciso: 48 horas. La muerte por "suicidio", orquestada y documentada, si no se convertía en la heroína que revelaría el fraude de los D'Angelo.
Liana miró la mesa auxiliar. El dispositivo cifrado de Petrov brillaba bajo la luz tenue, un gatillo. A su lado, la carpeta gruesa con los extractos bancarios y el testamento legal de su padre. No eran pruebas de un crimen pasional; eran pruebas de un fraude de adquisición hostil.
Lucifer no te amó con posesión; te usó como apoderada legal para robar la infraestructura de tu padre.
La frase de Petrov resonó en su mente. La traición ya no era una herida emocional que po