Capítulo 61. Dolor del alma
Por alguna razón las palabras de su abuelo inyectan un poco de esperanza a su destrozado corazón, jamás había experimentado un dolor tan grande, una sensación de pérdida tan aguda y no solo es porque la criatura que no lo logró fuese suya sino que Lea se ha convertido en su razón, la que ha perdido por completo al siquiera considerar que ella no se encuentre a su lado.
— Siéntate Damián – obedece sin chistar ante la expresión seria de Mauricio —, considero que es hora de que platiquemos un tema que ha sido controversia en nuestra familia siempre – niega con lágrimas en los ojos.
— ¡No! – aunque su voz es firme su expresión es de dolor —. Primero quiero que me explique el porqué del bastón y esa vulnerabilidad que vengo viéndote desde hace un tiempo – el reclamo se convierte en súplica — ¡no me dejes viejo, no ahora por favor! – los ojos de Mauricio se cristalizan ante la verdad que debe decir tomando en cuenta la realidad de su situación en este momento.
— No es el momento de habla