Capítulo 80. Un lugar desconocido
—¿En serio son siete horas de vuelo, Damián? – el aludido asiente casi con dolor ante la expresión de nerviosismo de la mujer mayor —. Siento mareos y nauseas – se tapa la boca negando su desventura.
—Mientras más tranquila esté, menos le afectará Lorena – le dice para tranquilizarse —. Además, pronto verá a Lea de nuevo – continúa tratando de calmarla un poco.
—Sí, pero en el estado que está mi niña por tu culpa no suena muy alentador pasar siete horas en un avión…
—¡Mamá! – regana Larissa a la dona.
Pero de pronto el dolor, la culpa y el remordimiento regresan cubriendo por completo todo el terreno de esperanza ganado por Damián y gime recordando que Lea se encuentra en ese estado únicamente por su arbitrariedad y falta de cuidado.
—Ella tiene razón, Larissa – suspira al borde del llano… de nuevo —Lea está en esa cama por culpa mía y de nadie más, no voy a anegarlo, pero tampoco me daré por vencido con ella, ese bebé, nuestro bebé – mira fijamente a la mujer mayor que lo acusó —es n