Capítulo 55. Un padre ejemplar, si lo dejan
Mientras Paula sonríe por la intervención de Damián, Lea pone los ojos en blanco ante tal payasada. Llora porque no tiene cerca a sus tesoros y ahora más que nunca los necesita a su lado.
—  No seas ridículo Damián tú tienes un compromiso hecho con la desteñida esa y será difícil romperlo además: yo no me quiero casar contigo y menos en estas circunstancias – resopla enfadada.
—  Lea, Lea, Lea – su voz rebosa una advertencia —  yo no te estoy preguntando si deseas hacerlo, simplemente se hará porque llevas a mi hijo en tu vientre ¿entiendes? – ella intenta bajarse de la cama.
—  Damián ¿podrías hacer el favor de salir de la habitación? – la voz de Harold sale como un gruñido al ver la reacción de Lea.
—  ¡Claro que no, que absurdo ella es mi mujer! – protesta una negativa bastante clara.
—  ¡Yo no soy nada tuyo! – lo señala —  Sal de aquí no quiero verte – unas náuseas agresivas la azotan fuertemente —   ¡Vete!
—  ¡No! – al dar un paso le sobreviene un mareo y es atrapado por Harold —