Arianna se volvió y miró a Jace. Este hombre es increíble. Todo lo que quería en ese momento era salir de su oficina y desaparecer. Ya no podía soportarlo más.
—Dime todo sobre ti —exigió Jace, mirándola con desprecio.
—Mi nombre es Arianna Jason… —empezó a decir, pero Jace Hudson la interrumpió.
—¿Estás casada? —preguntó Jace.
—No —respondió Arianna.
—¿Tienes prometido? —continuó indagando Jace.
—No —volvió a responder Arianna. ¿A dónde demonios quiere llegar con tantas preguntas?
—¿Novio? —Otra pregunta de Jace.
—No —respondió Arianna, suspirando suavemente. Este hombre es imposible. Sus palabras y acciones son absurdas.
Jace Hudson soltó una carcajada maliciosa llena de irritación. Miró con furia a Arianna y siseó entre dientes apretados. —Tal como se espera de una trabajadora nocturna.
Eres una prostituta profesional, ¿verdad? Por eso no puedes estar con ningún hombre. Probablemente no puedes ser fiel ni leal a ninguno —se burló Jace Hudson con una sonrisa torcida.
—No soy ese tip