Rubí ya se sentía desanimada, pero las palabras de Emily hicieron que su expresión se tornara aún más sombría.

—Nunca tuve una relación formal con Erick Thomson —dijo con frialdad—. Y después de lo que ocurrió aquella noche… es imposible que algo vuelva a suceder entre nosotros.

Emily la miró con preocupación genuina.

—¿Pero estás realmente conforme con eso, Rubí? —preguntó con voz suave—. Si quieres, puedo pedirle ayuda a mi hermano…

Sabía que el hermano mayor de Emily era influyente y que desde hace tiempo sentía cierta simpatía por Rubí. Emily era la rebelde de su familia y quería demostrarles a todos que ella era capaz de salir adelante sin su apellido, por qué en realidad, Emily pertenecía a una de las más prestigiosas familias de la Ciudad. Aun así, Rubí negó con la cabeza, tajante.

—No es necesario. Yo me encargaré de esto —respondió con firmeza.

En ese momento, una voz masculina interrumpió su conversación.

—¿Rubí? ¿Eres tú? —preguntó alguien con sorpresa.

Era Erick.

Y casi al